Heredar una vivienda: trámites, impuestos y decisiones clave
Recibir una vivienda en herencia puede ser una gran oportunidad, pero también conlleva una serie de trámites legales y fiscales que, si no se gestionan adecuadamente, pueden convertirse en un verdadero quebradero de cabeza. Conocer el proceso y actuar con previsión es fundamental para evitar complicaciones futuras y asegurar que la herencia resulte realmente beneficiosa.
¿Qué hacer tras heredar una vivienda?
El primer paso, tras el fallecimiento del propietario, es obtener el certificado de defunción, un documento imprescindible para iniciar cualquier gestión relacionada con la herencia. Este se solicita en el Registro Civil correspondiente.
Luego, se debe solicitar el certificado de últimas voluntades y el del registro de seguros de vida. El primero informa si la persona fallecida dejó testamento y ante qué notaría lo hizo; el segundo puede revelar si existía algún seguro que cubra los gastos derivados del fallecimiento.
Si existe testamento, será necesario acudir a la notaría donde fue otorgado para obtener una copia autorizada. En caso de que no haya testamento, se deberá tramitar una declaración de herederos abintestato ante notario, lo cual requiere la presentación de documentos como el libro de familia y certificados de empadronamiento, entre otros.
Una vez determinado quiénes son los herederos, es importante valorar la vivienda heredada. Esta tasación es clave para calcular los impuestos a pagar, en especial el Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones, que debe abonarse en un plazo de seis meses desde la fecha del fallecimiento. En algunos casos, se puede solicitar una prórroga si no es posible cumplir con el plazo original.
Aspectos fiscales que debes tener en cuenta
Heredar una propiedad implica asumir ciertas obligaciones fiscales. El Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones varía según la comunidad autónoma, ya que es un tributo cedido. Algunas regiones ofrecen bonificaciones importantes para herederos directos (como hijos o cónyuges), mientras que en otras la carga fiscal puede ser considerable.
Otro impuesto a considerar es la plusvalía municipal (Impuesto sobre el Incremento de Valor de los Terrenos de Naturaleza Urbana). Este lo cobra el ayuntamiento correspondiente y se calcula en función del tiempo que el fallecido fue propietario de la vivienda y del valor catastral del terreno.
Además, si se decide vender la propiedad heredada, hay que tener en cuenta el posible pago del impuesto sobre la ganancia patrimonial, que se genera si el valor de venta supera el valor declarado en la herencia.
¿Conservar o vender la vivienda heredada?
Una vez aceptada la herencia, llega el momento de tomar decisiones importantes.
Conservar la vivienda puede ser una buena opción si se quiere destinar a uso propio o alquilarla, pero implica hacerse cargo de gastos recurrentes como el IBI (Impuesto sobre Bienes Inmuebles), el mantenimiento del inmueble, posibles reformas y otros costes asociados.
En cambio, vender la propiedad puede ser conveniente si no se desea asumir esas responsabilidades o si se necesita liquidez, aunque también implica asumir ciertas cargas fiscales como las mencionadas anteriormente.
Heredar una vivienda va mucho más allá de recibir una propiedad. Implica tomar decisiones conscientes y bien informadas sobre aspectos legales, fiscales y patrimoniales. Por eso, es altamente recomendable buscar asesoramiento profesional para gestionar adecuadamente todos los trámites y evitar errores que puedan resultar costosos.
Con una buena planificación y el cumplimiento de las obligaciones correspondientes, la herencia puede transformarse en una ventaja y no en una carga.
